PASTORAL DE ADULTOS
Pastoral de Adultos
Antecedentes
Actualmente una Pastoral para los Adultos Mayores se hace imperativa por las
situaciones culturales, geográficas y sociales que, con sus características
propias, son parte de nuestro México y Latinoamérica.
El panorama es tan extenso que solo mencionaremos algunos hechos concretos
que justifican acciones bien definidas:
• El adulto mayor generalmente está subvalorado.
• Conforme al Censo Nacional de Población 2000, en México viven 100
millones de habitantes; el 7% son adultos mayores de sesenta años. La
mayoría es pobre. Generalmente sin pensión y los que cuentan con una,
está muy por debajo del salario que percibían cuando estaban activos.
• Los hijos de los algunos mayores, aún casados, viven a sus expensas.
• Es alto el porcentaje de analfabetismo en el área rural y en la periferia de
las grandes y medianas ciudades. Los que tienen algún grado de
escolaridad, generalmente es bajo y sobre todo en el sexo femenino, quien
además es más longevo, se incrementa progresivamente el promedio de
vida, lo cual hace que haya más viudas, divorciadas y madres solteras.
• Hay un severo analfabetismo religioso; predomina la religiosidad cultual.
• Los mayores generalmente muestran pocos deseos de superación y
disposición al compromiso.
• Existe un incremento en la detección de padecimientos crónicodegenerativos
y psicosomáticos, como depresión, aislamiento,
alcoholismo, tabaquismo, neurosis de angustia, etc. y son pocos los
geriatras calificados, para atenderlos.
• No existe interés en prepararse para el retiro, aún cuando es evidente que
hay crisis de valores, principalmente en hombres con dificultad para
afrontarlos en su nueva situación, que los ubica aparentemente al margen
de la productividad, que con menor poder adquisitivo de su salario de
jubilado, pierde el sentido de pertenencia y aceptación por lo que,
generalmente, decide aislarse.
Juan Pablo II fue claro ante la Unión de Movimientos Interdiocesanos de
Personas Mayores en Italia el 23-03-1984: “Vosotros no sois, ni debéis sentiros al margen de la vida de la Iglesia, elementos pasivos en un mundo en excesivo
movimiento, sino sujetos activos de un periodo humano y espiritualmente fecundo de la existencia humana. Vosotros tenéis una misión que cumplir. Vosotros tenéis una aportación que dar”
Propuesta
Para devolver al adulto mayor todo lo que pierde por la crisis que lo envuelve, se
hace imperativo desarrollar una Pastoral de y para los adultos mayores que sea:
• Cristológica por su origen: Cristo; El porqué de la existencia del adulto
mayor.
• Eclesiológica por su forma; Que es el para qué de su existencia
Se pretende que ambas sean vividas por los adultos mayores, dadas las
características propias de esta etapa, instrumentadas para elevar su calidad de
vida.
La Pastoral que se propone, es el modo como la Iglesia sirve al mundo, para
actualizar en cada momento y lugar la obra redentora de Cristo, por lo tanto, es el cómo en esta etapa de su vida.
Como el adulto mayor tiene más ayeres que mañanas, por ser puente entre
generaciones, en la familia y en su pequeña comunidad como una de tantas
áreas de influencia, necesita el beneficio de su propia Pastoral “que abra nuevos
horizontes y muy amplios campos aprovechando las posibilidades de actividades
existentes en el plano local y nacional, abriendo creativamente nuevas
posibilidades, teniendo siempre presente la promoción humana bajo el doble
aspecto de la educación permanente y de servicio a la comunidad”, dando nuevo
impulso a formas de ayuda voluntaria. “Existen muchos sectores, aún no
descubiertos por la sociedad, en los cuales podría incorporarse con una actividad adecuada a la edad y a la experiencia, Resultaría un inmenso beneficio para el bien de todos, de la persona y de la comunidad”.
motivo del amor de Dios que envía a su Hijo como Salvador;. En estos términos
Juan Pablo II se expresó ante la Federación Italiana de Jubilados del Comercio y
del Turismo el 29-04-1982.
La Pastoral de la Tercera edad es teología y es acción que incluye a los adultos
mayores de toda la Iglesia y a voluntarios, que deseen trabajar en su estructura,
con sus fines trascendentes, con sus factores humanos específicos y sus
recursos físicos y tecnológicos.
Es Teología, en cuanto es creencia de la mediación concreta de la salvación. El
adulto mayor y sus grupos, son el medio para que otros adultos mayores tengan
la oportunidad de reflexionar sobre los principios que constituyen y posibilitan su
acción como bautizados en la tercera etapa de su vida, por las necesidades de
otros mayores (apostolado), ser dignos servidores del Evangelio (espiritualidad) y desarrollar su espíritu de solidaridad para los demás y consigo mismo (amistad).
La Pastoral es acción:
• Es la actividad de la Iglesia al servicio del Reino de Dios. Es actualización
de la Palabra y vida de Jesús para constituir el Pueblo de Dios y hacerlo
luz de la humanidad.
• Es planificación científica, ordenada para obtener los mejores resultados,
considerando presupuestos, medios, métodos e instrumentos adecuados;
lo que necesita el adulto mayor es un mínimo de capacitación,
considerando el tesoro de su experiencia y suficiente motivación.
• Es participación efectiva del adulto mayor cuando los párrocos distinguen
a los líderes con suficiente experiencia, llenos del don de la sabiduría,
instinto e intuición de lo divino originado en el trato personal y amistoso
con el Señor.
• Cuando la Comunidad se percata de la necesidad de dar un servicio
permanente y preferencial de y para otros adultos mayores, que con el
tiempo cada vez son más, y menos la planta productiva que los puede
sostener principalmente en lo económico, en condiciones decorosas. Esto
hace que se sitúen en el centro del compromiso pastoral de toda la
Iglesia.
La finalidad de esta aportación es despertar el interés de nuestros sacerdotes por los adultos mayores y sus necesidades, creando la Pastoral de los Mayores concaracterísticas generales comunes, que permitan la evaluación y seguimiento de su quehacer y resultados.
Pretendemos que la Pastoral de los Mayores, como promoción humana integral,
responda a la pregunta: ¿Qué debe hacer y que va hacer hoy la Iglesia por sus
mayores, en forma organizada partiendo de sus necesidades fundamentales?
El punto de partida es el análisis de su situación concreta, posteriormente hacer
una reflexión teológica, una visión pastoral de esa realidad y luego deducir las
normas para la autoedificación y la acción salvífica de la Iglesia.
No hay que perder de vista la situación presente en la que se encuentran los
adultos mayores, a la que hay que dar una respuesta actual desde la Iglesia, la
familia, la sociedad, y los propios adultos mayores, a la solución de sus
necesidades básicas con el apoyo de la Jerarquía y los laicos con sus funciones
y estructuras.
Juan Pablo II nos dice claramente en la Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales el 10-05-1982: “Estos problemas de la tercera edad, no pueden
encontrar una solución adecuada si no son sentidos y vividos por todos como
realidades pertenecientes a la humanidad entera, la cual está llamada a valorar
las personas ancianas en razón de la dignidad de todo hombre y del significado
de la vida “que es un don siempre”
Metodología de la Pastoral.
En un principio se analiza e interpreta la realidad mediante la aplicación de las
ciencias humanas, como la Geriatría, la Gerontología, Antropología Social, etc.
Posteriormente, se recurre a la reflexión teológica para descubrir, desde la fe, los
elementos permanentes y los transitorios o eventuales; se confrontan los datos
de la realidad con la voluntad de Dios, se deducen los nuevos principios de
acción y se determinan prioridades.
En el actual contexto social y cultural en Latinoamérica y principalmente en
México, requerimos de una Iglesia que continuamente evalúe sus acciones en
una estructura pastoral, que tenga un común denominador para todos,
independientemente de las características propias de cada entidad, es decir,
compare lo hecho contra lo planeado y corrija las desviaciones, válido también en
el caso de los adultos mayores que no se pueden considerar como una clase
social y que se deben ajustar al Espíritu de Jesús y al testimonio de su justicia y
caridad como Don del Padre.
La Pastoral de los Mayores vista desde éste ángulo, tiene una práctica real que
define el comportamiento que producen las obras de carácter religioso para la
salvación integral y la construcción del Reino. Es una acción dirigida hacia el
interior de grupos de apoyo, que consolida el tejido social de la comunidad
cristiana como Iglesia y hacia el exterior interpreta la sociedad y la transforma,
cuando está presente en todas las actividades temporales de los adultos
mayores.
Dentro de la Iglesia, existen numerosos adultos mayores que a través de sus
comunidades o individualmente están decididos, de acuerdo a sus carismas a dar
testimonio de la esperanza de Jesús y a comprometerse con el Mensaje.
La acción en la Pastoral de los mayores.
La acción Pastoral actualiza la vida de Jesús al constituir al pueblo de Dios en
comunidad de discípulos.
La acción en la Pastoral de los mayores tiene tres momentos inseparables e
íntimamente relacionados:
1. El anuncio de Jesús del reino de Dios, (Kerygma) como la parte
espiritual, fundamental.
2. La liberación de Jesús a los pobres y oprimidos, (Diakonía) que como
parte de un apostolado apoya a los pobres entre los pobres, que son
los adultos mayores.
3. La creación de Jesús de una comunidad de discípulos (Koinonía) que
dentro de los grupos de apoyo enseña a los adultos mayores a ser
amigos de sí mismos y de aquellos que viven circunstancias similares,
propicia una conciencia eclesial en la cual todos sus miembros,
Jerarquía y laicado son corresponsables de una sola misión, aunque
cada uno tenga su propia y bien diferenciada función y además, exista
gran diversidad de carismas y ministerios. Es buscar la unidad en la
diversidad de diversidades.
Ámbitos de la Pastoral.
La proclamación de la palabra de Cristo es el fundamento de la comunidad y de
la comunión de los adultos mayores “que oyen la palabra de Dios y la guardan”
(Lc 8 21). Estos están en condiciones de comprometerse a difundir los tres
momentos más importantes:
• El anuncio de la doctrina y vida de Jesús.
• La catequesis, a través de la educación intensiva y sistemática de los
puntos esenciales de la fe, su seguimiento, evaluación y el compromiso de
capacitar agentes multiplicadores. Esta etapa cuenta con el recurso valioso
del tiempo.
• “Asimilar una teología como ciencia de la fe, esclarecimiento y desarrollo
metódico por medio de la reflexión, de la revelación aceptada y aprendida
en la fe” (5).
La comunión y la participación son uno de los principales puntos a los que, por la
etapa que viven los mayores, deben comprometerse junto con la Jerarquía,
inspirados en el pensamiento de los documentos de Puebla.
Cabe citar a manera de ejemplo lo siguiente:
“Cada comunidad eclesial (y de ellos primordialmente los mayores), deberá
esforzarse por constituir para el Continente, un ejemplo de modo de convivencia,
donde logren aunarse la libertad y la solidaridad. Donde la autoridad se ejerza
con el espíritu del Buen Pastor. Donde se viva una actitud diferente frente a la
riqueza. Donde se ensayen formas de organización y estructuras de participación
capaces de abrir camino hacia un tipo más humano de sociedad. Y sobre todo,
donde inequívocamente se manifieste que, sin una radical comunión con Dios en
Jesucristo, cualquier otra forma de comunión puramente humana, resulta a
la postre incapaz de sustentarse y termina fatalmente volviéndose contra el
mismo hombre”.
Agentes de Pastoral.
Por las especiales características en el área física o biológica, psíquica y social
de los mayores, se considera que se debe poner especial énfasis en los Agentes
de Pastoral o Coordinadores. Como líderes deben ser conscientes de que Cristo
es el Pastor por antonomasia y la Iglesia es, después de Cristo, el sujeto de la
Pastoral; la Iglesia, entendida como Cuerpo de Cristo y Pueblo de Dios, con
diversidad de miembros, corresponsables de una sola misión, aunque con
diversidad de ministerios y carismas.
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