LA FAMILIA, EDUCADORA DE LA VERDAD DEL HOMBRE


LA FAMILIA, EDUCADORA DE LA VERDAD DEL HOMBRE:
EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA

A. Canto inicial
B. Oración del Padre Nuestro
C. Lectura bíblica: Gén 1, 26-28
D. Lectura de la Enseñanza de la Iglesia

1. La principal cuestión que debe encarar hoy la familia en la educación cristiana de sus hijos
no es religiosa sino principalmente antropológica: el relativismo radical ético-filosófico.
Según él, no existe una verdad objetiva del hombre y, como consecuencia, tampoco sobre el
matrimonio y sobre la familia. La misma diferencia sexual, intrínseca al aspecto biológico del
varón y la mujer, no se fundamenta en la naturaleza sino que se considera un simple
producto cultural, que cada uno puede cambiar según sus propias concepciones. Con ello se
niega y se destruye la misma existencia de la institución matrimonial y de la familia.

2. El relativismo afirma también que no existe Dios ni la posibilidad de conocerlo (ateísmo y
agnosticismo), y tampoco existen normas éticas y valores permanentes. Las únicas verdades
son las que dimanan de las mayorías parlamentarias.

3. Ante esta realidad tan radical y condicionante, la familia tiene hoy la ineludible tarea de
trasmitir a sus hijos la verdad del hombre. Como ya ocurrió en los primeros siglos, hoy es de
capital importancia conocer y comprender la primera página del Génesis: existe un Dios
personal y bueno, que ha creado al hombre y a la mujer con igual dignidad pero distintos y
complementarios entre sí, y les ha dado la misión de engendrar hijos, mediante la unión
indisoluble de ambos en «una caro» (matrimonio). Los textos que narran la creación del
hombre, ponen de manifiesto que la pareja hombre y mujer son —según el designio de
Dios— la primera expresión de la comunión de personas, pues Eva es creada semejante a

3.-Adán como aquella que, en su alteridad, lo completa (cf. Gén 2,18) para formar con él una
«sola carne» (cf. Gén 2,24). Al mismo tiempo, ambos tienen la misión procreadora que los
hace colaboradores del Creador (cf. Gén 1,28).

4. Esta verdad del hombre y del matrimonio ha sido conocida también por la recta razón
humana. De hecho, todas las culturas han reconocido en sus costumbres y leyes que el
matrimonio consiste sólo en la comunión de hombre y mujer, aunque, a veces, admitieran la
poligamia o la poliginia. Las uniones de personas del mismo sexo han sido consideradas
siempre ajenas a lo que es el matrimonio.

5. San Pablo ha descrito todo esto con trazos muy vigorosos en su carta a los Romanos, al
describir la situación del paganismo de su época y el desorden moral en que había caído por
no querer reconocer en la vida al Dios que había conocido con la razón (cf. Rom 1,18-32).

6. Los Padres de la Iglesia ofrecen doctrina abundante y son un buen ejemplo en el modo de
proceder, pues tuvieron que explicar detenidamente la existencia de un Dios Creador y
Providente, que ha creado el mundo, el hombre y el matrimonio como realidades buenas; y
combatir los desórdenes morales del paganismo que afectaban al matrimonio y la familia.

E. Reflexión del que dirige
F. Diálogo
G. Compromisos
H. Oración comunitaria
I. Oración por la familia
J. Canto final

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