LA MISIÓN CONTINENTAL PARTE I

La Misión Continental, compromiso surgido de Aparecida, no es un ejercicio misionero aislado sino una opción misionera que pretende renovar la comunidad eclesial en su conjunto.


Cuando hablamos de misión Continental nos referimos a un proceso misionero, que puede tener varios años de duración y que, a partir de un encuentro personal y comunitario con el Señor Jesús, se propone poner a toda la Iglesia y a todos en la Iglesia en un estado permanente de misión.


En la clausura del 3º Congreso Americano Misionero (CAM 3) realizado en Ecuador en Agosto de 2008, se realizó el lanzamiento oficial de la Misión  Continental. A partir de entonces, cada Conferencia Episcopal deberá analizar cómo ejecutarla en sus respectivos países.



Objetivos de la Misión

La propuesta de la Misión Continental presenta los siguientes objetivos:

  • Promover una profunda conversión personal y pastoral de todos los agentes pastorales y evangelizadores, para que, con actitud de discípulos, todos podamos recomenzar desde Cristo una vida nueva en el Espíritu.
  • Fomentar una formación kerigmática, integral y permanente que, siguiendo las orientaciones de Aparecida, impulse una espiritualidad de la acción misionera, teniendo como eje la vida plena en Jesucristo.
  • Hacer que las comunidades, organizaciones, asociaciones y movimientos eclesiales se pongan en estado de misión permanente, a fin de llegar hasta los sectores más alejados de la Iglesia y a los indiferentes y no creyentes.
  • Destacar en todo momento que la Vida plena en Cristo es una actitud y un servicio que se ofrece a la sociedad y a las personas que la componen para que puedan crecer y superar sus dolores y conflictos con un profundo sentido de humanidad
.

 El Plan considera que estos objetivos se tienen que alcanzar al desarrollarse 5 etapas que pueden variar en el tiempo, según las realidades de cada Conferencia Episcopal y diócesis. Las etapas planteadas son a) Período introductorio, donde se daría una profundización en el conocimiento de las Conclusiones de Aparecida; b) Misión con agentes pastorales y evangelizadores; c) Misión con grupos prioritarios; d) Misión sectorial y e) Misión territorial. La comisión considera que cada una de estas etapas tiene que tener un período de preparación, uno de realización intensiva, y una continuidad, que es lo que dará el carácter permanente a la misión.
 
Las Conferencias Episcopales, por su parte, darán las orientaciones pastorales en clave de misión para que todas las circunscripciones eclesiásticas del país entren en estado de misión permanente. Deberán crear una comisión para la coordinación de la misión y ofrecer subsidios tanto para la formación de los misioneros como de los contenidos de la misión. Todo ello en coordinación con los planes pastorales nacionales que ya están en ejecución.

Mientras tanto las diócesis tendrán que revisar sus planes pastorales a la luz de Aparecida a fin de darle una gran renovación misionera que contemple, como signo de madurez, la misión ad gentes. También crearán una comisión central que se encargue de animar la misión diocesana y, entre otras funciones, elaborarán los subsidios que crean pertinentes para la formación de los agentes pastorales y evangelizadores para la realización del proyecto misionero.

El plan en sus detalles será presentado a la Presidencia del CELAM para que lo socialice y estudie en reuniones futuras con los Presidentes y los Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales.



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