PASTORAL VOCACIONAL


La Pastoral Vocacional

"Las vocaciones existen;
lo que hay que hacer es despertarlas"


Juan Pablo II

La Iglesia nace de la acción evangelizadora de Jesús y los apóstoles, y es enviada a continuar esta misión. Se sabe depositaria de la Buena Noticia que debe ser anunciada, y ella misma envía evangelizadores a cumplir este encargo en medio del mundo. La evangelización pretende generar cristianos adultos que han experimentado el amor de Dios, que viven según Dios, y que por tanto, se plantean su vida como respuesta y testimonio de la fe. Por ello podemos decir que toda la pastoral de la Iglesia es pastoral vocacional, ya que la tarea evangelizadora de la Iglesia está llamada a hacer descubrir a cada creyente su misión, su vocación.



 La Pastoral Vocacional

               

 La pastoral vocacional es una tarea de todos los miembros de la Iglesia, que consiste en el servicio al nacimiento, crecimiento y discernimiento de vocaciones; con el fin único de servir más y mejor al mundo, que tanto necesita de la verdad de Cristo. Para ello la pastoral vocacional la hemos de realizar mediante los instrumentos válidos en toda pastoral: la predicación directa y clara del mensaje, la catequesis sistemática y fiel, el testimonio alegre y sincero, la oración confiada al Padre por su Hijo en el Espíritu y a María modelo de toda vocación.



 ¿Cómo realizar la Pastoral Vocacional?

               

 Hemos de poner especial hincapié en la oración, porque del encuentro con Cristo es de donde nace la predicación, la catequesis y el testimonio eficaz, y es el mismo Cristo el que llama al corazón del joven para hacerlo participe de la vocación sacerdotal al servicio de la Iglesia y de toda la humanidad.



 Toda la Iglesia debe acoger cada día la invitación persuasiva y exigente de Jesús, que nos pide que “roguemos al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt. 9, 3-8). Obedeciendo al mandato de Cristo, la Iglesia hace, antes que nada, una humilde profesión de fe, pues al rogar por las vocaciones (mientras toma conciencia de su gran urgencia para su vida y misión) reconoce que son un don de Dios y como tal, hay que pedirlo con súplica incesante y confiada.



 Es necesaria una predicación directa sobre el misterio de la vocación en la Iglesia, sobre el valor del sacerdocio, de la vocación religiosa, y de la vocación laical; sobre su urgente necesidad para el pueblo de Dios. Una catequesis orgánica y difundida a todos los niveles en la Iglesia, además de disipar dudas y contrastar ideas desviadas sobre las vocaciones, y en especial sobre las vocación sacerdotal, abre los corazones de los creyentes a la espera del don y crea condiciones favorables para el nacimiento de nuevas vocaciones. Ha llegado el tiempo de hablar valientemente de las vocaciones de especial consagración, como de un valor inestimable y una forma espléndida y privilegiada de vida cristiana.



 ¿Podemos hacer algo para que surjan nuevas vocaciones?

               

 Toda la comunidad cristiana tiene la obligación de animar la pastoral vocacional y cada cristiano en particular. Por tanto tu labor es fundamental en esta pastoral y puedes seguir las siguientes líneas:



 Orar convencidos de su necesidad y del gran don que supone para la Iglesia. Para ello hay que saber orar y enseñar a hacerlo.



 Vivir conscientemente la vocación propia, siendo cada día más fiel a la llamada de Dios, y con conciencia de ser testimonio para los demás.



 Ayudará mucho plantear los interrogantes vitales ¿quién soy? ¿qué sentido tiene mi vida? ¿cuál es mi misión? Conscientes de que cada uno tiene una vocación en la Iglesia y contribuye positivamente a que cada joven se plantee cuál es su misión y su vocación. Cuando no domina el tema se ha de poner en contacto al joven con alguien con más experiencia (sacerdote, religioso/a).



 Trabajar para ir creando en nuestras comunidades un ambiente propicio.



Formar grupos de catequesis de adolescentes y jóvenes con una marcada orientación vocacional.



Invitar a niños y adolescentes a participar en las actividades que organiza el Seminario para monaguillos y al Preseminario.



 Hacerte miembro de la Red de intercesores y comprometerte a rezar un día a la semana un rato por las vocaciones.



Colaborar económicamente con el Seminario, en la medida de tus posibilidades.





+ EQUIPO PARA EL ACOMPAÑAMIENTO DE LA VOCACIÓN ESPECÍFICA AL MINISTERIO ORDENADO.

Su función es diseñar e implementar las acciones dirigidas al discernimiento vocacional de aquellos adolescentes y jóvenes que han sentido la inquietud por el Ministerio Ordenado.  Está formado por el coordinador y vicecoordinador diocesano de la Pastoral Vocacional, el prefecto del Curso Introductorio, el prefecto del Seminario Menor y 4 seminaristas.



+ EQUIPO DE ACOMPAÑAMIENTO DE LA VOCACIÓN ESPECÍFICA PARA LA VIDA CONSAGRADA FEMENINA.

Su función es diseñar e implementar  las acciones dirigidas al discernimiento vocacional de aquellas adolescentes y jóvenes que han sentido la inquietud por la Vida Consagrada.  Está formado por una representante de cada congregación participante y el vicecoordinador de la Pastoral Vocacional.



+ EQUIPO PARA LA PROMOCIÓN VOCACIONAL EN LAS PARROQUIAS  (Inquietud).

 Su función es sembrar la inquietud por la reflexión vocacional en las parroquias, desarrollando distintas actividades vocacionales con los grupos juveniles y apostólicos, la formación de los Animadores Vocacionales Parroquiales.



+ EQUIPO PARA LA ATENCIÓN A LOS LÍDERES CRISTIANOS. (Vocare).

 Su función es concientizar aquellos líderes de movimientos apostólicos o de decanatos, sobre la necesidad de la reflexión vocacional para que a partir de su propia experiencia, la promuevan en sus propios lugares de apostolado.



+ ANIMADORES VOCACIONALES PARROQUIALES.

Son laicos nombrados por el párroco que sirven de enlace con el Centro Diocesano de Pastoral Vocacional. Promueven y fomentan la reflexión vocacional en las parroquias. Invitan a los distintos procesos de discernimiento,  distribuyen la propaganda vocacional, organizan las horas santas vocacionales y otras actividades.



LA COMISION EN GENERAL:

Su Función es diseñar el itinerario anual y los programas que de él se derivan.  Está formado por el Coordinador Diocesano y el Coordinador Adjunto de la Pastoral Vocacional (nombrados por el Sr. Arzobispo),  matrimonios, religiosas, un religioso y los representantes de los equipos que forman parte del Centro Diocesano.



DELEGADOS DE LOS DECANATOS.

Su función  mantener el enlace entre la Comisión de Pastoral Vocacional y los agentes decanatales, sacerdotes o diáconos, elegidos por el decanato.



Nota:

¨ En la parroquia se designará a una o dos personas como ANIMADORES PARROQUIALES DE PV

¨ En cada CP se invitará, en la Asamblea Inaugural, a una o dos personas que deseen colaborar como ANIMADORES DE PV

¨ Estos ANIMADORES DE PV pertenecerán al ECOCEPA



La Iglesia nace de la acción evangelizadora de Jesús y los apóstoles, y es enviada a continuar esta misión. Se sabe depositaria de la Buena Noticia que debe ser anunciada, y ella misma envía evangelizadores a cumplir este encargo en medio del mundo. La evangelización pretende generar cristianos adultos que han experimentado el amor de Dios, que viven según Dios, y que por tanto, se plantean su vida como respuesta y testimonio de la fe. Por ello podemos decir que toda la pastoral de la Iglesia es pastoral vocacional, ya que la tarea evangelizadora de la Iglesia está llamada a hacer descubrir a cada creyente su misión, su vocación.


La pastoral vocacional es una tarea de todos los miembros de la Iglesia, que consiste en el servicio al nacimiento, crecimiento y discernimiento de vocaciones; con el fin único de servir más y mejor al mundo, que tanto necesita de la verdad de Cristo. Para ello la pastoral vocacional la hemos de realizar mediante los instrumentos válidos en toda pastoral: la predicación directa y clara del mensaje, la catequesis sistemática y fiel, el testimonio alegre y sincero, la oración confiada al Padre por su Hijo en el Espíritu y a María modelo de toda vocación.

Hemos de poner especial hincapié en la oración, porque del encuentro con Cristo es de donde nace la predicación, la catequesis y el testimonio eficaz, y es el mismo Cristo el que llama al corazón del joven para hacerlo participe de la vocación sacerdotal al servicio de la Iglesia y de toda la humanidad.


Toda la Iglesia debe acoger cada día la invitación persuasiva y exigente de Jesús, que nos pide que “roguemos al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt. 9, 3-8). Obedeciendo al mandato de Cristo, la Iglesia hace, antes que nada, una humilde profesión de fe, pues al rogar por las vocaciones (mientras toma conciencia de su gran urgencia para su vida y misión) reconoce que son un don de Dios y como tal, hay que pedirlo con súplica incesante y confiada.


Es necesaria una predicación directa sobre el misterio de la vocación en la Iglesia, sobre el valor del sacerdocio, de la vocación religiosa, y de la vocación laical; sobre su urgente necesidad para el pueblo de Dios. Una catequesis orgánica y difundida a todos los niveles en la Iglesia, además de disipar dudas y contrastar ideas desviadas sobre las vocaciones, abre los corazones de los creyentes a la espera del don y crea condiciones favorables para el nacimiento de nuevas vocaciones. Ha llegado el tiempo de hablar valientemente de las vocaciones de especial consagración, como de un valor inestimable y una forma espléndida y privilegiada de vida cristiana.

Toda la comunidad cristiana tiene la obligación de animar la pastoral vocacional y cada cristiano en particular.


El Animador Vocacional en el Centro Pastoral pertenece al Equipo Parroquial de Animación Vocacional y en su Centro Pastoral difunde las acciones promovidas por la Pastoral Vocacional Diocesana, fomentando la oración por las vocaciones, invitando a los diversos procesos de discernimiento a los jóvenes, anunciando la necesidad de una constante respuesta a Dios que llama a todos.

Para la realización de la Actividad Mensual, se pondrá de acuerdo con los otros coordinadores.
Procurará estar en constante comunicación con los otros coordinadores de modo que las actividades del CP sean constante animación vocacional y de que no interfieran con las actividades de la Pastoral Vocacional.  

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